viernes, 27 de agosto de 2010

Van The Man

Sintetizar aquí la carrera de Van Morrison es algo abocado al fracaso desde el principio, así que partiendo de esa premisa, poco voy a deciros de este compositor, instrumentista y cantante que la semana próxima cumplirá 64 años, de los cuales lleva más de 50 en activo. Obviaré, por el bien de todos, la cantidad de veces que aparece en rankings tipo "el mejor disco de tal año, los cien mejores artistas de tal género, el músico irlandés más influyente en tal o cual aspecto, la lista de los mejores álbumes de todos los tiempos o de tal década, etc." De hecho voy a obviar casi todo lo que he leído sobre él para preparar este post, ya que el hecho por el que le traigo hoy aquí es uno y muy simple: me conmueve profundamente. Por la variedad de matices de su voz, por sus susurros, por sus lamentos, por sus quejidos, porque a veces, mientras canta, saca al animal que lleva dentro (que todos llevamos dentro), porque su alma queda expuesta en cada canción. Ha bebido de muchas fuentes y nos lo enseña (jazz, blues, R & B, folk, música celta, rock & roll, country, gospel...), sufre de ansiedad y de pánico escénico cuando se sube al escenario, y lo notamos. Se desnuda ante nosotros y nos ofrece todo lo que es y todo lo que tiene dentro. Corregidme si me equivoco, estas cosas no las hacen ni las han hecho muchos artistas.


Gracias, Van. Aquí os lo dejo muy bien acompañado:

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