En 1975 John Lennon dejó de publicar durante cinco años, tiempo que había decidido dedicar a pasar el máximo tiempo posible con sus hijos y su mujer. Dejó de publicar, que no de trabajar, y en el verano de 1980 tenía listo el que sería el último álbum que vio salir a la luz; nadie podemos olvidar que pocos meses después, apenas cumplidos los 40 años, fue asesinado en el desgraciadamente famoso Edificio Dakota de NYC. El disco, "Double Fantasy", fue recibido con enorme expectación después de un paréntesis tan largo, pero lo cierto es que ni la crítica ni el público lo acogieron como se merecía. Para mí, imagino que igual que para muchos otros, adolecía de un "pequeño problema": la cara A estaba interpretada por John, mientras que la cara B la "cantaba" Yoko. ¿Habéis escuchado alguna vez a Yoko cantando? Si no es así, enhorabuena. Como suele pasar en tantos y tantos casos, fue después de su muerte cuando alcanzó el mayor número de ventas y cuando algunos de sus temas se colocaron en el número uno de las listas. En él hay canciones fantásticas, como "Watching the wheels", "Woman" o "I'm loosing you".
Pero si he de elegir sólo una, me quedo con ésta:
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